por Marcela Torres
Hace poco vi una hermosa y conmovedora película argentina-española llamada “El
faro de las orcas”,
ambientada en la costa de un pequeño pueblo de la Patagonia. Si bien se centra
en la historia de un niño con autismo, también plantea los peligros de motivar
a los turistas a acercarse a las orcas. Las orcas en libertad no atacan a los
seres humanos, dicen los expertos. Sin embargo, otras personas podrían
argumentar que nunca está demás ser cuidadoso.
Por esa razón, tal
como lo he mencionado antes, diversos países y organizaciones, incluyendo
la Comisión Ballenera Internacional
(CBI) y Whale and Dolphin Conservation
(WDC), han elaborado directrices para la observación de ballenas y delfines,
con la finalidad de evitar daños tanto a los mamíferos marinos como a los seres
humanos. En Chile, el Gobierno promulgó el reglamento para la
observación de vida silvestre marina en 2011 y luego publicó dos manuales
de mejores prácticas, uno de ellos en conjunto con el Fondo
Mundial para la Naturaleza (WWF). En Argentina
también está regulada esta actividad.
Australia es, sin duda, uno de los líderes en
la promoción del turismo responsable, especialmente en hábitats marinos. En
2009, tuve una experiencia inolvidable
de observación de ballenas en un ferry que nos llevó desde Sydney hasta el
sitio de alimentación de un grupo de ballenas jorobadas.
Era un día despejado y soleado. Todavía puedo
sentir el viento frío y el agua del mar salpicándome entera cuando las olas
subían y bajaban el ferry. Estaba sobre la cubierta junto a otros turistas
quienes, como yo, estaban entusiasmados y gritaban cada vez que veían asomarse
una cola, una aleta o una cabeza, desatando una locura por tomar una foto o
video de estos animales. Sin embargo, la tripulación del ferry nos mantenía en
línea con su personal de cubierta y con permanentes instrucciones y
explicaciones entregadas a través de altoparlantes.
Educar y crear conciencia son acciones clave para garantizar un turismo
responsable. Por ejemplo, mientras navegábamos hacia las ballenas, vimos un
video educacional corto acerca de estos animales y de las normas para su
observación. En muchos casos, las directrices y reglamentos también exigen a
las empresas que contribuyan a la conservación y el monitoreo de estos
mamíferos marinos, reportando cualquier avistamiento a la autoridad
correspondiente.
Además de tener en cuenta
estas orientaciones, hay dos cosas más
que pueden hacer para asegurarse una experiencia segura y placentera: buscar
información acerca de las especies y sus hábitats antes de ir a su encuentro y
confirmar que están viajando con un operador turístico certificado que respeta
a estos animales y las regulaciones para acercarse a ellos.
¡Las ballenas son criaturas impresionantes! Han
existido por más de 30 millones de años y fascinan a gente de todo el mundo.
Pero muchas de ellas están amenazadas y debemos actuar con responsabilidad
cuando nos embarcamos en una aventura de observación de ballenas.