Por
Marcela Torres
El Convenio sobre la Diversidad Biológica
(CDB) entró en vigor hace 25 años, en diciembre de 1993. Mientras celebramos hoy
el Día Internacional para la Biodiversidad, parece apropiado resaltar los
logros globales y las tareas pendientes en un tema tan importante para el
desarrollo sostenible, así como los aportes que puede realizar el turismo.
Los logros han sido significativos. Tal como se menciona en el mensaje
de la Secretaria Ejecutiva del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Subsecretaria
General de las Naciones Unidas, Dra. Cristiana Paşca Palmer: “la diversidad
biológica y los servicios de los ecosistemas están en el centro de la Agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible. Además, el Acuerdo de París sobre el clima
contempla la diversidad biológica, y el Foro Económico Mundial reconoce que la pérdida
de diversidad biológica es un riesgo crítico. A su vez, la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha organizado un trabajo
focal sobre la Diversidad Biológica. París se ha declarado capital de la
diversidad biológica, y en todo el mundo, los países, los gobiernos locales y
la sociedad civil están intensificando sus acciones para salvaguardar la diversidad
biológica”.
Sin embargo, los desafíos también son grandes y la biodiversidad continúa
disminuyendo en todas las regiones del mundo a un ritmo alarmante. Tanto así
que al
menos 17 especies han sido declaradas extintas en lo que va del siglo 21,
incluyendo la
tortuga gigante de Pinta en Ecuador, el puma del este en las Américas y el
delfín de Baiji en China, entre muchos otros.
¿Cómo puede el turismo ayudar a
conservar la biodiversidad?
El turismo sostenible puede contribuir a la conservación de la
biodiversidad de diversas maneras. Tal como he mencionado
antes en este blog, el turismo puede tener impactos ambientales tanto
positivos como negativos.
Muchos tipos de turismo dependen directamente de los servicios
ecosistémicos y la biodiversidad (ecoturismo, agroturismo, turismo de
bienestar, turismo de aventura, etc.) para brindar a los turistas experiencias
de autenticidad cultural y ambiental, contacto con comunidades locales y
educación acerca de la flora, fauna, ecosistemas y su conservación. Por otro
lado, el tener demasiados turistas también puede tener un efecto negativo,
degradante sobre la biodiversidad y los ecosistemas. Por lo tanto, es necesario
planificar y manejar cuidadosamente la actividad para evitar impactos negativos
sobre la biodiversidad.
En ese contexto, la Plataforma Empresa y Biodiversidad de la Unión
Europea ha identificado las siguientes siete mejores prácticas para empresas
turísticas:
- Identificar los impactos y dependencias de la empresa sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
- Evaluar los riesgos y oportunidades empresariales asociados con estos impactos y dependencias para educar a empleados, propietarios, proveedores y clientes.
- Desarrollar sistemas de información sobre biodiversidad y servicios ecosistémicos, fijar metas medibles, medir y valorar el desempeño e informar los resultados. Éste es un paso clave para crear confiabilidad entre los actores externos y, al mismo tiempo, generar presión de pares dentro de la industria.
- Tomar acciones para evitar, minimizar y mitigar los riesgos para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, incluyendo la compensación cuando sea posible. Las metas para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos pueden basarse en los conceptos de “Ninguna pérdida neta”, “Neutralidad ecológica” o “Impacto positivo neto” e incluir el apoyo a compensaciones a la biodiversidad donde sea apropiado.
- Aprovechar oportunidades emergentes para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, tales como costo-eficiencia, nuevos productos y nuevos mercados. Las empresas pueden apoyar el crecimiento de mercados verdes y pueden ayudar a diseñar condiciones habilitantes eficientes para los mercados de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, que a su vez pueden llevar a la diversificación del producto turístico y complementar los esfuerzos para contrarrestar la estacionalidad de la oferta turística.
- Integrar la estrategia empresarial y sus acciones relacionadas con la biodiversidad y los servicios ecosistémicos a iniciativas de responsabilidad social empresarial más amplias.
- Involucrarse con pares empresariales y actores en el gobierno, en las organizaciones no gubernamentales y en la sociedad civil para mejorar la orientación y la política sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Las empresas pueden aportar capacidad significativa a los esfuerzos de conservación y tienen un rol clave en detener la pérdida de biodiversidad.
Asimismo, la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica y el
Programa de Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA) han desarrollado una
Guía
de Buenas Prácticas para el Turismo para la Naturaleza y el Desarrollo. Su
objetivo es proporcionar herramientas para hacer del turismo una industria
más favorable a la biodiversidad y más socialmente justa. Con esa finalidad, examina
los vínculos entre la expansión del turismo, la conservación de la diversidad
biológica y el desarrollo y la reducción de la pobreza. Además, busca difundir
un conjunto de herramientas de turismo sostenible que se han utilizado a nivel
mundial, con beneficios comprobados para la biodiversidad y el desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario