A medida que la gente de todo el mundo se ha visto
obligada a quedarse en casa debido a la pandemia de COVID-19, hay muchas
lecciones que hemos aprendido (y aún estamos aprendiendo). Una de ellas es que
el destino de las personas y la naturaleza van de la mano y simplemente no
podemos ignorar ese hecho. La celebración del Día Mundial del Medio Ambiente
2020 es un buen momento para detenerse y reflexionar sobre algunos aspectos
clave de la relación entre las personas y la fauna silvestre que han sido
resaltados por esta crisis global.
Culpando a los murciélagos
Durante las primeras semanas desde que surgieron las
noticias del coronavirus, varios informes señalaron que los murciélagos son el
origen de esta nueva enfermedad contagiosa. Alentadas por la información
errónea y el miedo, muchas personas en todo el mundo atacaron a los murciélagos
para evitar la propagación de COVID-19. Sin embargo, a medida que se realizaron
más investigaciones,
los científicos y los líderes conservacionistas advirtieron que este vínculo no
estaba 100% comprobado y lanzaron campañas de comunicación para eliminar la
estigmatización de los murciélagos y destacar sus importantes beneficios
ambientales, como la polinización, la dispersión de semillas y el control de
vectores de plagas y enfermedades. Aunque el COVID-19 ha sido identificado como
una enfermedad zoonótica, una enfermedad humana de origen animal, su origen
animal exacto aún no está claro.
Sin embargo, las zoonosis han sido un problema creciente
durante muchos años. Según el Programa de Medio Ambiente de la ONU, el 75% de
todas las enfermedades infecciosas emergentes son transferidas a las personas por
la fauna silvestre. Éstas incluyen el ébola, la gripe aviar, el virus de la
gripe H1N1 (o gripe porcina), el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS
por sus siglas en inglés), la fiebre del Valle del Rift, el síndrome
respiratorio agudo repentino (SARS por sus siglas en inglés), el virus del Nilo
Occidental y el virus del Zika. La
evidencia muestra que la aparición y la reaparición de enfermedades zoonóticas
están estrechamente relacionadas con la salud de los ecosistemas y su
propagación aumenta con la intensificación de las actividades humanas que
rodean e invaden los hábitats naturales, permitiendo que los patógenos en los
reservorios de vida silvestre se propaguen al ganado y a los humanos.
¿Recuperando el hábitat perdido?
Cuando comenzaron el confinamiento y el aislamiento en
diferentes países, nos impresionó ver cómo la fauna silvestre aparecía
rápidamente en ciudades y otros lugares donde antes no se atrevían a ir, porque
habían sido ocupados por humanos. Los delfines en Turquía, los
jabalíes en Israel y los pumas en Chile son ejemplos de animales que
recorren las calles de ciudades en gran parte vacías, fascinando, y a veces
asustando, a los habitantes urbanos.
Las explicaciones dadas por los expertos varían. Algunos
afirman que estas especies vuelven a deambular por lo que solía ser parte de su
hábitat original, mientras que otros atribuyen este comportamiento a
condiciones extremas en su entorno natural, como la megasequía en Chile, lo que
los llevaría a abandonar su zona de confort en busca de comida y agua.
Fauna abandonada por los turistas
Si bien algunas especies de fauna han aprovechado la
oportunidad para explorar nuevos horizontes, otras no tienen tanta suerte.
Muchos zoológicos y otras atracciones de vida silvestre en todo el mundo se han
visto fuertemente afectados por la caída del turismo como resultado de la
pandemia de COVID-19. He escrito antes sobre los riesgos
de alimentar a la fauna silvestre y otros impactos del turismo de vida
silvestre, incluyendo la compra
de recuerdos hechos de especies en peligro de extinción y la observación
de ballenas y delfines. Sin embargo, la crisis en la industria del turismo
causada por la propagación de este nuevo coronavirus vuelve a llamar la
atención sobre este tema.
Desde los monos
en el templo Prang Sam Yod en Tailandia hasta el zoológico
Neumünster en Alemania, los animales en cautiverio se mueren de hambre como
resultado de los menores ingresos del turismo, lo que afecta la capacidad de
las instalaciones para proporcionarles alimentos y, en algunos casos, como el
templo en Tailandia, debido a que hay menos turistas que lleguen con bocadillos
para alimentarlos. En Chile, los zoológicos están trabajando junto con las
autoridades y buscando ayuda de la comunidad a través de la venta adelantada de
entradas para cuando las instalaciones puedan abrir una vez más.
La caída en el turismo también ha afectado a las áreas
protegidas en muchos países, donde ha tenido como resultado menos estrés para
la vida silvestre local, pero al mismo tiempo ha reducido el número de posibles
testigos o guardianes casuales contra actos criminales. Con los parques
cerrados y el personal policial desviado a otras tareas relacionadas con
COVID-19, los
cazadores furtivos han aprovechado la presencia humana reducida para aumentar
sus actividades.
¿Qué podemos hacer?
Ésta es una gran pregunta. De hecho, durante esta crisis
mundial sanitaria, económica y ambiental, hay muchas cosas sobre las que la
sociedad en su conjunto debe reflexionar si queremos tener éxito en la lucha
común de los humanos y la vida silvestre por la supervivencia y la
sostenibilidad.
¿Cómo podemos evitar el brote de nuevas enfermedades
zoonóticas? ¿Cómo podemos detener y mitigar la fragmentación del hábitat para
permitir que prosperen poblaciones de fauna silvestre saludables? ¿Cómo podemos
reducir la caza furtiva para salvar especies de la extinción? ¿Cuál será el
papel del turismo de vida silvestre cuando se reanuden los viajes? ¿Cuál
debería ser el papel de los zoológicos y las atracciones de vida silvestre?
¿Deberían existir o deberían eliminarse, siguiendo el ejemplo de países como
Costa Rica?
¡La naturaleza está haciendo una declaración clara! A
medida que los países comienzan a planificar formas de reconstrucción una vez
que la pandemia de COVID-19 esté bajo control, poner a la naturaleza en el
centro de toda toma de decisiones debe ser nuestra principal prioridad. ¡Necesitamos
actuar ahora para hacer del mundo un lugar mejor para las personas y para la
naturaleza!