domingo, 16 de marzo de 2014

Observación de ballenas y delfines


Observación de ballenas en Parque Marino Francisco Coloane.
© Feel Patagonia

por Marcela Torres

A medida que se acerca la temporada de verano, la fascinación por las ballenas y delfines atrae a muchos turistas en busca de tener un encuentro cercano con esta fauna carismática. La actividad tiene beneficios y riesgos, sin embargo, y hay que tomar precauciones para practicarla de manera responsable.

A lo largo de todo Chile se encuentran 18 especies de delfines. El delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia) se encuentra en aguas costeras poco profundas, mientras que el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) es uno de los más populares y fáciles de ver, sobre todo en los alrededores de las islas Damas y Choros, en el norte.

Las ballenas también se dejan ver, principalmente en el sur de Chile, donde se puede encontrar rorcuales, ballenas francas, cachalotes y la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae). Esta especie, una de las más fascinantes, tiene un importante sitio de alimentación en las aguas del Parque Marino Francisco Coloane, en el sur de Chile.

Para garantizar que la experiencia de observación de cetáceos sea amena y segura, tanto para los animales como para los turistas, se deben tomar las siguientes medidas: 
  • Se debe mantener una distancia mínima de 100 metros del animal más próximo a la embarcación
  • La velocidad de navegación de las embarcaciones durante las maniobras de aproximación y abandono se deberá mantener constante, sin superar los 4 nudos
  • El tiempo de observación de cada embarcación no debe superar los 30 minutos
  • No le pida al guía que persiga a los delfines o ballenas ni trate de tocarlos
  • Al finalizar la observación, el abandono del lugar deberá realizarse en forma lenta y en dirección contraria al desplazamiento de las ballenas o delfines
Es importante tener en cuenta que los delfines y ballenas en el mar son animales libres y que no debemos alterar su forma de vida o comportamiento. Por eso, es importante no tratar de acariciarlos o establecer ningún tipo de contacto que no sea natural y que contribuya a modificar su conducta, por ejemplo, acostumbrándose a interactuar de manera cercana con seres humanos.

Si seguimos estos consejos, seguramente vamos a vivir una experiencia de turismo responsable que será inolvidable.

Esta entrada fue publicada originalmente por la autora el 30 de octubre de 2011.

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