domingo, 16 de marzo de 2014

¡Cuidado con esa fogata!


Parque Nacional Torres del Paine.
© Hernán Torres

por Marcela Torres

En todo el mundo existen áreas protegidas de gran belleza natural y al recorrerlas debemos ser cuidadosos para evitar dañarlas y asegurar que puedan ser disfrutadas por futuras generaciones. Uno de los mayores factores de riesgo, sobre todo en zonas de bosques y pastizales, es el fuego que se escapa de control.

En febrero de 2005 un incendio forestal que duró 10 días en el Parque Nacional Torres del Paine afectó a más de 13.000 hectáreas, cerca del 7% de su superficie. La causa fue la inflamación de una cocinilla que un turista checo utilizó en un área de pastizales no autorizada para acampar. El desastre fue tal que La República Checa sin demora ofreció ayuda para la recuperación de los sectores dañados y envió expertos checos. En diciembre de 2010 terminó el proyecto de cooperación forestal  “Asistencia en renovación de ecosistemas dañados por el incendio en el Parque Nacional Torres del Paine”, que duró 5 años e incluyó la forestación con 180.000 plantas de Lenga (Nothofagus pumilio).

El Parque Nacional Torres del Paine es uno de los íconos del turismo de naturaleza en Chile. Ubicado en la Patagonia chilena, cubre un total de 181.414 hectáreas y es uno de los destinos preferidos para el trekking a nivel mundial, particularmente por su famoso circuito W. En 1978 fue declarado Reserva de la Biosfera, por la UNESCO, porque es una de las zonas representativas de los distintos ecosistemas del mundo que sirven como patrones para medir los impactos del hombre sobre el ambiente.

Las formaciones rocosas conocidas como las “torres del Paine”, los glaciares Grey y Dickson, las numerosas cascadas y lagos y su abundante fauna, que incluye a especies amenazadas como el cóndor, el puma y el huemul, son algunos de los principales atractivos de esta área protegida. Luego del incendio de 2005 se pensó que los turistas habrían aprendido acerca de la importancia de respetar las zonas destinadas para visitantes.

Sin embargo, en febrero de 2011 hubo que lamentar un nuevo incendio. Un turista israelí que realizó una fogata en un área no autorizada ocasionó un nuevo incendio que no tuvo las mismas consecuencias desastrosas del anterior debido a que la lluvia que caía ayudó a controlar las llamas. El turista fue expulsado del Parque Nacional y declarado un visitante no grato por su irresponsabilidad.

La Corporación Nacional Forestal (CONAF), la agencia gubernamental encargada de la administración de las áreas protegidas en Chile, tiene normas claras para los visitantes en su sitio web en castellano y en inglés. Vale la pena recordar algunas de ellas para asegurar que cuando visitamos una zona natural seamos turistas responsables:

  • Respete los horarios de visita, la señalización e instalaciones del Área Silvestre Protegida, así como las instrucciones de los/las guardaparques.
  • Respete las normas de seguridad. Transite sólo por los senderos y caminos señalizados. Al realizar una excursión a sectores alejados, vaya acompañado, lleve los implementos y el vestuario adecuado. Informe al guardaparque en el acceso a la unidad o guardería del sector, la ruta y horario de regreso.
  • Haga sus fogatas en los lugares habilitados para ello y apáguelas con abundante agua. Los incendios forestales y la presencia del hombre en actitud distraída son siempre un potencial peligro para la naturaleza.

Ahora que se acerca la temporada alta para el turismo en Chile, esperamos que no tengamos que presenciar un nuevo incendio en el Parque Nacional Torres del Paine. Conservar nuestro maravilloso patrimonio natural para las generaciones futuras es tarea de todos.

Esta entrada fue publicada originalmente por la autora el 20 de septiembre de 2011.

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