Testimonio de turista en Torres del Paine, 2012.
© Sernatur
por Marcela Torres
Más de 16 mil hectáreas fueron
destruidas por el incendio causado por la irresponsabilidad de un turista que
obligó a cerrar el Parque Nacional Torres del Paine entre el jueves 29 de
diciembre de 2011 y el miércoles 4 de enero de 2012. Hasta la semana pasada,
los brigadistas de CONAF –la agencia gubernamental que maneja las áreas
protegidas en Chile- todavía trabajaban apagando nuevos focos de incendio que
surgían en distintos lugares del parque.
Aunque, la mayor parte del
incendio ya se controló y el parque lentamente retoma sus actividades normales,
se produjo un daño irreparable al medio ambiente en uno de los lugares más
bellos del mundo.
Debido a que la única persona
procesada por provocar el incendio es un ciudadano israelí y ésta era la
segunda vez en 2011 en que un turista de esa nacionalidad ocasionaba este tipode desastre en el parque, el Gobierno de Israel anunció que enviará una
delegación de expertos en reforestación, los cuales podrán traspasar la
experiencia adquirida en la recuperación de bosques en la zona del Carmel, hace
un año. Además, realizará un aporte directo en árboles, a través de un vivero
especialmente destinado a la reforestación de Torres del Paine.
Sin embargo, el bosque nativo
que se quemó está compuesto por árboles de muy lento crecimiento que alcanzan
su madurez aproximadamente a los 200 años y requieren crecer protegidos del
frío, el viento en invierno y la sequedad del verano.
Por lo tanto, no basta
replantar árboles pequeños, ya que los jóvenes brotes requieren condiciones
protegidas para su crecimiento. Además, hay que considerar que gran parte del
incendio se expandió bajo tierra y afectó el suelo de la zona. Los animales que
habitan el parque podrán volver a las zonas afectadas, pero las encontrarán
yermas y deberán trasladarse a otros lugares en busca de alimento y refugio.
Varios equipos de
investigadores nacionales e internacionales ya están iniciando estudios de los
efectos ambientales del incendio para contribuir a elaborar un plan de
recuperación efectivo.
Impacto económico
El cierre obligado del parque
también perjudicó la economía local, que depende en gran medida de los ingresos
que generan los miles de turistas extranjeros que visitan la zona durante la
temporada alta, entre noviembre y febrero.
Se calcula que los empresarios
turísticos de la zona tuvieron pérdidas por USD $2 millones, aunque ésa aún es
una cifra preliminar, ya que a eso se debe sumar lo que dejarán de ganar
durante la temporada. Muchos de ellos han hecho enormes esfuerzos por evitar
despidos de trabajadores que contaban con los sueldos que recibirían estos
meses.
Pese a la reapertura parcial
del parque, los datos entregados por las autoridades reflejan que las visitas
han bajado en un 50% en enero y el Gobierno de Chile ya ha anunciado que
destinará recursos para apoyar a micro y pequeñas empresas turísticas de la
zona y lanzó una agresiva campaña de promoción internacional para mantener el
flujo de visitantes al parque en 2012 y 2013.
Oportunidad para el turismo responsable
Esta triste experiencia en el
Parque Nacional Torres del Paine nos recuerda nuevamente de la importancia de
promover el turismo responsable. Las lecciones aprendidas se aplican tanto al
destino como a los visitantes, por lo que es necesario realizar campañas de
sensibilización entre todos los actores involucrados para asegurar que este
hermoso lugar de la Patagonia pueda ser disfrutado por las generaciones
futuras.
Esta entrada fue publicada originalmente por la autora el 28 de enero de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario