Harriet Lamb durante la inauguración del DMTR 2011 en la WTM.
© Marcela Torres
por Marcela Torres
Con más de 300 delegados de
todo el mundo se celebró ayer el Día Mundial del Turismo Responsable 2011
durante la feria World Travel Market (WTM) que se realiza en Londres,
enfatizando la oportunidad única que tiene la industria turística para ayudar a
reducir la pobreza en el planeta.
“Tenemos los medios y la
responsabilidad de ayudar a las comunidades locales de los lugares que
visitamos y empoderarlas para que puedan superar la pobreza”, dijo Fiona
Jeffrey, presidenta de la WTM. También dedicó algunas palabras a los numerosos
y a menudo anónimos héroes de la industria, destacando que hay un creciente
número de personas que trabajan día a día para proteger nuestra cultura,
defender nuestros destinos, conservar la diversidad biológica y contribuir a
garantizar la sustentabilidad de nuestro hogar, la Tierra.
El discurso de apertura
oficial para esta quinta versión del DMTR estuvo a cargo de Harriet Lamb,
Directora Ejecutiva de la Fundación Fairtrade, que promueve el comercio justo.
Lamb recordó que “hace veinte años, cuando empecé a hablar acerca de la necesidad
de pagar precios justos a los pequeños agricultores por su café mucha gente se
reía de mí diciendo que nadie estaría dispuesto a pagar más para ayudar a la
gente a mantener su sustento. ¡Bueno, ahora ya no se ríen!”
De hecho, el movimiento del
comercio justo se ha expandido a través del mundo y cada vez más consumidores
exigen productos con una certificación de comercio justo. Y no se trata sólo de
los agricultores de café. El concepto se aplica a todo tipo de productos y
áreas de comercio. Lamb dijo que el 50% de los consumidores del Reino Unido,
por ejemplo, están dispuestos a pagar más por un producto que tiene una
certificación de comercio justo.
“Y lo bueno es que además
tiene sentido para las empresas”, señaló Lamb. “Piénsenlo. Una gran cadena de supermercados
que vendía unas barras de chocolate excelentes hizo la conexión mientras
conversaba con nosotros y se dio cuenta que si no le pagaban suficiente a los
productores de cacao esa gente no podría seguir cultivándolo y se quedarían sin
agricultores que les proporcionaran el cacao para producir sus barras de
chocolate. Si no hay granos, no hay barras. ¡Es así de simple!”
Esa ventaja comercial también
ha sido comprendida por varias empresas de turismo que no sólo están pagando
precios justos a sus proveedores, sino que también –en muchos casos- han dado
un paso más allá y han creado fundaciones para apoyar proyectos de educación,
conservación e incluso de provisión de agua potable para comunidades de todo el
planeta.
Sin embargo, aún queda mucho
por hacer y Fiona Jeffrey llamó a toda la industria turística a subirse al
carro del turismo responsable: “Esto no es sólo una locura de culto o la última
moda que va a ser reemplazada por algo más en uno o dos años. Una cantidad
creciente de consumidores están dándose cuenta que el mundo –y la industria
también- no puede continuar funcionando de la misma manera que lo hizo cuando
recién se generó el turismo masivo”.
Esta entrada fue publicada originalmente por la autora el 10 de noviembre de 2011.
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