Panorámica de la ciudadela de Machu Picchu, en Perú.
© Marcela Torres
© Marcela Torres
por Marcela Torres
Hoy se celebran 100 años del
redescubrimiento de Machu Picchu, un lugar que atrae a muchos visitantes por su
misterio y sus imponentes estructuras. Pero la verdad es que este Sitio dePatrimonio Mundial corre un serio peligro, el exceso de turismo.
Durante una visita realizada
en febrero de este año, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova,
advirtió que la ciudadela inca de Machu Picchu es “víctima de su propio éxito”
al sufrir de una presión turística no adecuada para su preservación. El
organismo internacional, que administra la lista de Sitios de Patrimonio
Mundial, decidió no incluir al sitio en la lista de patrimonio cultural en
peligro, pero recomendó restringir las actividades planeadas por el centenario
del lugar para protegerlo. Las recomendaciones de la UNESCO incluían limitar el
acceso de personas al santuario durante las festividades y realizar la mayoría
de las actividades en la ciudad de Cusco.
La UNESCO ha promovido por
años que se limiten las visitas a Machu Picchu. Siguiendo las sugerencias de la
organización, Perú rebajó las cifras permitidas de 2.500 a 1.800 personas por
día en su Plan Maestro para el sitio. La medida, sin embargo, tiene fuertes
detractores en la industria del turismo, quienes alegan que estas restricciones
perjudicarán al sector.
Sin embargo, la pregunta es:
¿Qué va a hacer la industria turística si se destruye Machu Picchu? O, como lo
expresó Bokova durante su visita, “¿cómo equilibrar la presión del turismo, el
éxito y el reconocimiento, con la protección y la autenticidad de este sitio?”
El exceso de turistas en Machu
Picchu acarrea varios problemas concretos, por ejemplo: 1) aglomeración, con lo
que se disminuye la calidad de la experiencia para los visitantes; 2) aumento
de la basura, particularmente en el Camino del Inca; 3) un uso intensivo de un
sitio histórico cuya capacidad de carga es limitada. He tenido la suerte de
estar en la ciudadela en dos ocasiones y la última vez el guía nos contó cómo
el mítico reloj de sol fue quebrado por una grúa usada por una productora que
filmaba un comercial de televisión.
Afortunadamente, hay
representantes de empresas turísticas que comprenden que se debe cuidar el
patrimonio, pues nada se consigue con sobre explotarlo para que sólo dure unos
años, y que se debe encontrar una solución entre todos los actores involucrados.
Aunque a nadie le gustan las restricciones, es importante que la industria
turística asuma su rol en promover un desarrollo sustentable de la actividad,
para que la ciudadela de Machu Picchu pueda ser disfrutada también por las
generaciones futuras.
Esta entrada fue publicada originalmente por la autora el 7 de julio de
2011.
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